miércoles, 31 de mayo de 2006

Yo quiero mucho a mi mamá

El otro día fue el día de la madre. Como para estos casos nunca sé qué regalar, y paso de patearme el Corte Inglés buscando regalos absurdos que nadie necesita, tuve una feliz idea. ¡Ya está!, me dije, voy a hacerle un librito como cuando era pequeño.


En efecto: aún guardo un libro (entendiendo por libro medio folio doblado dos veces y con una grapa en medio) que hice en clase (quizás en quinto de EGB) para ilustrar, véase el nivelazo, la fotosíntesis de las plantas. Esos tallos, esos pistilos, esas raíces dibujadas con esmero de colegial, y con textos explicativos cuidadosamente caligrafiados. Y por supuesto, también nos mandaban hacer cosas especiales para el día de la madre.


Así que, al estilo de antaño, me dije: ¿no sería tierno y especial para mi mami hacerle un cuadernillo similar? Dibujado por mí, con mi caja de pinturas, en un estilo nostálgico y amable de niño pequeño. Algo como...





Además le añadí unos toques de ironía, y caricaturas de toda la familia. Sin embargo, mientras lo dibujaba pensé si no sería una gilipollez suprema, y mi madre me lo iba a tirar a la cara ("Joder, cómo te lo has currado este año, ¿tanto te costaba comprarme unos putos pendientes en un todo a un euro?"). Para mi sorpresa, no sólo no me lo tiró a la cara sino que se emocionó y me abrazó mucho y se le llenaron los ojos de lágrimas.


Viendo el efecto causado, K decidió que ella quería otro para su respectivo día de la madre. Yo protesté, porque su madre no era mi madre y me resultaría difícil dibujarla, pero K me convenció dándome ideas para el guión. El resultado fue similar, con mucho lloro y su madre secándose la cara con una toalla, porque "los chicotes" le habían hecho una tarjeta de felicitación.


Así pues se hizo inevitable que para su cumpleaños, K quisiera otra. Y allá que me puse a dibujar, en el ultimo minuto, para dárselo a tiempo. Exitazo.


Y ahora mi hermana quiere otra. Y no es su cumpleaños ni nada. Pero quiere otra, faltaría más.


Uf.


Si ya decía el refrán, "en casa de comunidades, no muestres habilidades"...

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