Caminando por el centro comercial, de repente, ¡hala! Una piscina enorme llena de agua... con pequeñas islas con palmeras, y lo mejor de todo, varios barcos de vela a control remoto. ¡Oye, oye! le dije a K. ¡Fijate en esto! Los barquillos, de medio metro de eslora, reproducían perfectamente el funcionamiento de sus hermanos mayores. Con el mando a distancia se controlan las escotas que abren más o menos las velas, además del timón.
Unos ventiladores en un lado de la piscina hacían el resto. A esas horas los barquitos flotaban ociosos en el agua mientras los paseantes los señalaban con la mano o intentaban soplar sobre los más cercanos.
Fui corriendo a mirar el cartel que ponía "horario". Diariamente, mñmñmñm, sábados, domingos y festivos, mñmñmñmñ. Perfecto, ¡mañana por la mañana me planto aquí el primero! Luego leí el segundo cartel, al lado del horario.
¡Ven a probar nuestros barcos de vela!
Además, tenemos muchas más actividades como
- láminas para colorear
- dibujos animados
- plastilina
- juguetes Disney
¡Mierda!
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