miércoles, 22 de mayo de 2002

I'm singing in the rain

Necesito diversificar la música que escucho en el coche.

Por pereza paso semanas escuchando el mismo disco (igual que paso semanas sin limpiar el coche), y de esta forma paso semanas obsesionado a todas horas, en el trabajo, en casa, en la calle, con la cabeza dándole vueltas a la misma canción. Pueden ser las variaciones Goldberg de Herr Johann Sebastian, o puede ser la Bohemian Rhapsody de los "Te Das Queen", o puede ser el "Mi Novia Se Llamaba Ramón" de los pre-"Ultimo de la fila" o puede ser el "Domine Jesu Christe" del Requiem de Herr Wolfgang Amadeus o pueden ser los Corrs.

¿Por qué la mente se encierra en unas notas, en una melodía, que permanece resonando en nuestro interior, dando vueltas como un gato enjaulado?

Leí cierto cuento, no recuerdo si de Clarke o de Asimov, sobre un tipo que investigaba la melodía perfecta. Tenía la teoría de que las melodías que se nos pegan al cerebelo es porque están más sincronizadas con las ondas cerebrales (alfa, beta, y eso), y diseñaba una máquina para conectarla al cerebro de un voluntario y meterle melodías hasta encontrar la definitiva.Y finalmente la encontraba... pero el tío quedaba en coma profundo para siempre... pues al ser la melodía perfecta, anulaba completamente su capacidad mental para hacer nada, y la obsesión era tal que el tio se convertía en un vegetal. Interesante teoría...

Espero que no me pase a mí... y además necesito una funda para guardar las cassettes porque ahora mismo van sueltas dentro del coche, y cada vez que pillo un bache se golpean y suenan como si el coche se partiera en dos. A mí me da igual pero igual a los pasajeros les acongoja.
En otro orden de cosas, se me acumulan las preocupaciones. No exactamente preocupaciones en el sentido de ser cosas malas, sino en el sentido de que no tengo tiempo físico para llevarlas a cabo... y algunas son realmente emocionantes, una en concreto que comentaré cuando esté completada.

Tengo que comprar una hélice nueva al avión. La última vez que traté de arrancarlo ("Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo, por Dios!") la hélice salió disparada a 200 km/h hacia el cielo, y oí como caía al suelo lejos, muy lejos, y por supuesto no he vuelto a verla. Me aterroriza el pensar que el motor pudo atascarse en cualquier posición, y la hélice salir volando en una dirección al azar... por lo que podría habérseme clavado en la frente!!! ayyyyyyy

Pero ahora hay otras prioridades antes del avión.
Continúen atentos a sus pantallas.

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