martes, 28 de junio de 2005

Microgravedad

Y floté y floté.

En un silencio infinito. Mi cuerpo sin peso caía hacia atrás, hacia atrás, cayendo sin parar, arqueando mi espalda en una caida infinita en un delicioso pozo sin fondo.

Sentí que algo sólido tocaba mis pies. La sensación ingrávida comenzó a desaparecer, y poco a poco se formó en mi consciencia la idea de que, de alguna forma, lo que tocaban mis pies era el suelo.

Abrí los ojos lentamente. Un intenso color azul lo llenaba todo. A gran distancia, dos o tres pequeñas bolsas de colores llenas de helio pugnaban por alcanzar la estratosfera (en una lucha perdida de antemano, pensé yo).

Intenté mirar a mi alrededor. Bloques de sombra enmarcaban el fondo azul... y entonces se rompió el silencio.

"¿Pero quieres salir de la piscina de una vez, que te vas a quedar hecho una pasa?" dijo K.

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jueves, 23 de junio de 2005

El fresco general

Los cumulonimbos llevan todo el día rondando, y el viento fresco entra, ocasionalmente, como un torrente por la ventana. Es como una bendición. El punto malo es que los cumulonimbos no me dejarán ver nada esta noche con el telescopio. Pero el fresquito lo compensa todo.

Me quieren hacer creer que ahi fuera el mundo es un lugar lleno de gente vengativa, furiosa, indignada, irresponsable, sin rumbo, o simplemente mala gente.

Hoy hablaba con alguien acerca de las opiniones radicales que algunos tienen sobre los otros. Esta persona es un tal, esta persona es un cual porque piensa de tal manera. Yo antes era así, lo confieso. Pero las casualidades de la vida te hacen tener largas y densas conversaciones sobre los temas más delicados, con personas que tienen visiones radicalmente opuestas a las tuyas.

Y resulta que, para tu sorpresa, sus opiniones son en un 90% similares a las tuyas.

Y te das cuenta de que son personas, como tú. Con sus sueños, sus ilusiones, sus ideas acerca de lo que es un mundo mejor.

Que son personas a las que es difícil odiar.

Y te das cuenta de que la gente que más radicalmente critica a los demás, nunca tiene esas conversaciones tan profundas con ellos. Y de hecho se niegan rotundamente a tenerlas. Qué fácil es odiar a alguien con quien nunca has hablado.

El fresquito sigue entrando por la ventana. La noche cae lentamente. Los cumulonimbos dejan amplios claros en el cielo. Quizás, después de todo, haya algo que rascar.

Pero lo primero es lo primero. Este vaso de cocacola debe ir a la cocina (lleva un rato susurrándomelo al oido...)

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lunes, 13 de junio de 2005

Zapatos nuevos

Anoche me regalaron un telescopio.
La foto no es mía, pero esto es aproximadamente lo que vi (tras media hora de ajustar, apuntar, calibrar, atornillar, girar, enfocar): en directo, el auténtico, acojonante, real, enorme y espectacular Júpiter, que casualmente brillaba por mi ventana a esa hora.



Estoy completamente emoocionado, como un niño.

Aunque casi más lo estaban los demás. Yo soy un fan de los libros de instrucciones, y me dispuse a leérmelos cuidadosamente para montar todos los elementos y cacharrillos que traía. Pero prácticamente me lo arrebataron de las manos y todo el mundo quería montar algo, atornillar algo, ajustar algo, colocar algo... me dieron ganas de sacar un látigo. "Atrás! Atrás! Pandilla de histéricos! Chas! Chas!" Pero bueno, al final milagrosamente todo quedó en su sitio, con los resultados que cuento... :)

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