lunes, 18 de febrero de 2002

Socialistas

Truco a tener en cuenta para abrir el depósito de gasolina del coche. Fue revelado por un amable gasolinero a mi madre el otro dia y su simplicidad me impactó, pues además de cumplir su función recordatoria de una tarea, encerraba una lúcida crítica social.

"Para girar la llave, y abrir el depósito: es como los socialistas.

Cuando tiene hambre, a la izquierda. Cuando ya está lleno, a la derecha."

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lunes, 11 de febrero de 2002

Murphy viaja por la A-6

Hará algunas semanas, iba yo en el coche por la autopista cuando, como bien dice la Ley de Murphy, me coloqué en la fila de coches más lenta. Ya iba tarde para el trabajo así que en un momento que creí que no venía nadie por el carril izquierdo, tomé carrerilla y me cambié.

Me olvidé de Murphy, ya que el coche que yo creía que iba tan lejos estaba demasiado cerca, y pasó a mi lado con un pitido. Estas cosas me afectan bastante (he tenido alguna mala experiencia) así que quedé bastante nervioso el resto de la mañana.

Hoy he vuelto por mi oficina y una de mis jefas se me ha acercado, y por todo saludo me ha dicho "A tí te voy a matar". Fuertemente sorprendido por tal saludo, le he preguntado que a qué se debía tal deseo, de repente. He estado a punto incluso de sugerirle que dos besos sería más socialmente aceptable. Pero entonces ella me lo ha dicho.

Ella era la conductora del otro coche.

Tierra, trágame.

Por suerte se lo ha tomado con humor y mi puesto de trabajo no peligra... a no ser que me tenga preparada alguna venganza oculta. Tengo la teoría comprobada de que las mujeres son más refinadas a la hora de idear torturas y venganzas.

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jueves, 7 de febrero de 2002

First

Mira tú que bien.

Esta tarde estaba yo trabajando en mi pequeño despachito cuando de repente una sombra pasa por el pasillo, con un curioso ruido como "trrrrrr...". Cansado y concentrado como estaba, mi mente me indicó que ese ruido se parecía sospechosamente a una bicicleta. No pude por menos de sonreírme ante tal idea. La sola idea de imaginarse a un tío andando en bicicleta tranquilamente por el pasillo de una empresa me recordaba a cualquier episodio de los Monty Python. Qué extraños recursos tiene la mente para dejarse llevar y escapar del estrés, pensé.


Cuando pasados unos minutos salí de mi despachito a buscar un vaso de agua, observé en el pasillo a unas personas charlando amistosamente.Uno de ellos, impecablemente vestido de chaqueta y corbata, estaba subido a una bicicleta de color naranja.


La realidad supera a la ficción.

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