lunes, 11 de febrero de 2002

Murphy viaja por la A-6

Hará algunas semanas, iba yo en el coche por la autopista cuando, como bien dice la Ley de Murphy, me coloqué en la fila de coches más lenta. Ya iba tarde para el trabajo así que en un momento que creí que no venía nadie por el carril izquierdo, tomé carrerilla y me cambié.

Me olvidé de Murphy, ya que el coche que yo creía que iba tan lejos estaba demasiado cerca, y pasó a mi lado con un pitido. Estas cosas me afectan bastante (he tenido alguna mala experiencia) así que quedé bastante nervioso el resto de la mañana.

Hoy he vuelto por mi oficina y una de mis jefas se me ha acercado, y por todo saludo me ha dicho "A tí te voy a matar". Fuertemente sorprendido por tal saludo, le he preguntado que a qué se debía tal deseo, de repente. He estado a punto incluso de sugerirle que dos besos sería más socialmente aceptable. Pero entonces ella me lo ha dicho.

Ella era la conductora del otro coche.

Tierra, trágame.

Por suerte se lo ha tomado con humor y mi puesto de trabajo no peligra... a no ser que me tenga preparada alguna venganza oculta. Tengo la teoría comprobada de que las mujeres son más refinadas a la hora de idear torturas y venganzas.

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