Mira tú que bien.
Esta tarde estaba yo trabajando en mi pequeño despachito cuando de repente una sombra pasa por el pasillo, con un curioso ruido como "trrrrrr...". Cansado y concentrado como estaba, mi mente me indicó que ese ruido se parecía sospechosamente a una bicicleta. No pude por menos de sonreírme ante tal idea. La sola idea de imaginarse a un tío andando en bicicleta tranquilamente por el pasillo de una empresa me recordaba a cualquier episodio de los Monty Python. Qué extraños recursos tiene la mente para dejarse llevar y escapar del estrés, pensé.
Cuando pasados unos minutos salí de mi despachito a buscar un vaso de agua, observé en el pasillo a unas personas charlando amistosamente.Uno de ellos, impecablemente vestido de chaqueta y corbata, estaba subido a una bicicleta de color naranja.
La realidad supera a la ficción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario