viernes, 24 de marzo de 2006

Aliens

Ayer me pasé el día en la cama. Me desperté con 39 grados de fiebre y decidí que ir a trabajar era un suicidio. Así que me lo pasé viendo la tele, los programas del corazón, las tertulias sobre el "alto el fuego" de ETA, Buffy Cazavampiros (¿este episodio era de coña o es que toda la serie es así? ¡Era un musical!), etc.

Hoy estoy mejor. El alien que ayer me comía por dentro me ha dado un "alto el fuego" a mí también.

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domingo, 19 de marzo de 2006

La cultura al alcance de todos

En efecto; el otro día iba andando con K por el Carrefour, tras haber adquirido múltiples productos para el hogar, cuando nos topamos con una especie de puesto callejero en medio del centro comercial. Las dependientas iban con delantal, había balanzas para pesar la compra, y en las cajas había... libros.

Montones y montones de libros, apilados como patatas. Y un cartel: "Libros al Peso. La cultura por fin al alcance de todos". Incrédulos, acudimos a observar aquello más de cerca. En efecto, tú cogías los libros que te gustaban de la pila (había diferentes pilas, cada una con un precio/kg), la señora te los pesaba, te los ponía en una bolsa y pa casa.

Mientras veía a la gente revolver en los cajones, las Novelas Ejemplares de bolsillo con las Grandes Recetas de Rajputana, echando a un lado una guía de viajes por Aragón y separando a Baudelaire de Tom Clancy, reflexioné sobre todo aquello. A qué sociedad hemos llegado, donde la literatura inmortal se vende como fruta, donde se valora más un pesado tomazo de conspiraciones de Pío Moa frente a una pila de ediciones de bolsillo de Dumas o Larra. ¿Es esta la cultura que nos prometieron?

¿Cómo osan almacenar, como si fueran patatas idénticas, tesoros valiosísimos mezclados entre libros de recortables o manuales de bricolaje? ¿Y si después de media hora de hurgar en el montón, me quedo sin encontrar una novela que llevo años queriendo leer, quizás alguna obra que Lope de Vega o Garcilaso tardaron años en pergeñar, porque está debajo de diez kilos de novelas de Danielle Steel? ¿Sherlock Holmes o Platón luchando por salir a la superficie en un mar de libritos de jardinería?

Estuve ahí, reflexionando un rato sobre el mundo moderno y la sociedad de la información, donde la información suele ser una mierda y la modernidad se quedó en los años setenta. Solté un suspiro, resignado.

Así que pedí a la chica que me pesara uno de cuarto de kilo, lo pagué y me fui a casa. Y es que ¡coño, sólo un euro y medio! ¡Menuda ganga!

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domingo, 12 de marzo de 2006

Edward

Busco la carpeta de Danny Elfman en mi disco duro, me pongo los auriculares, y, ahora sí, me pongo con mi cuento.

Que sí. Venga, que ahora sí.

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miércoles, 1 de marzo de 2006

Mientras tanto, en un país muy lejano...

-Mira ¿ves ese coche que viene por ahí?
-Sí.
-Pues es como el mío, del mismo modelo. Mira qué chulo. Anda a 900 km/h.
-Querrás decir a 90 km/h.
-No, anda a 900 km/h. ¿Es que no lo has visto pasar?
-No, yo he visto un coche pasar a unos 90 o 100 km/h como mucho.
-Eres un miserable.
-¿Perdón?
-Eres un miserable y un envidioso porque no te gusta mi coche. Y por eso te atreves a asegurar que va a 90 km/h cuando está clarísimo que va a 900.
-Es que va a 90, tío. ¿Cómo va a ir un coche a 900? Que no es un avión.
-Gusano despreciable. Está clarísimo para el que lo quiera ver, que ese coche iba a 900 km/h.
-A ver, a ver. Si ese coche fuera a 900 km/h, de momento, tú y yo estaríamos ahora mismo sordos, y seguramente tirados en el suelo por la onda expansiva.
-Las cosas que llegas a decir para menospreciar mi coche. Miserable gusano.
-Oye, un poco de respeto. Venga, demuéstrame que iba a 900 km/h.
-No hace falta. Es evidente. Fijate en su línea deportiva. Es un coche cojonudo y el que lo niegue es un cabrón. Demuéstrame tú que iba a 90, cabrón.
-A ver, tranqui ¿eh? ¿Ves esas rayas de la carretera? Están separadas 100 metros. El coche ha tardado en recorrerlas cuatro segundos así que...
-¿Cuatro? Ja. A ver ¿dónde tienes el cronómetro?
-Bueno, euh, no tengo, pero aproximadamente han sido tres o cuatro segundos, ¿ves? uno... dos... tres...
-Así que no tienes ni puta idea. ¿Ves? Manipulador. Además ¿has tenido en cuenta el rozamiento con el aire, el viento de cola y la fuerza de Coriolis?
-No, pero bueno,...
-Ja, ja, ja, qué absurdas son tus patéticas excusas.
-... aun con todo eso, digamos que iba a 100 km/h. Venga, ni pa tí ni pa mí, 120 km/h. ¡Pero 900 km/h...!
-Mira, tío, eres un maldito cabrón. Aun así niegas la evidencia. Iba a 900 km/h. Todo lo haces por quitarle importancia a mi coche porque te crees que el tuyo es mejor. Ahora mismo voy a ir a decirle a todo el mundo que eres un estafador y un cabrón y un maleducado.
-¿Ah, sí? Pues vete a tomar por culo con tu coche supersónico.
-¿Lo ves? Eres un maleducado. Y además no solo odias mi coche, está claro que odias todos los coches que corran más que el tuyo. Seguro que sales por la noche y les rajas las ruedas ¿verdad, cabrón?
-Pero ¿qué coño dices?
-¿No lo niegas, verdad? Ya lo sabía yo. Como vea un policía te denuncio... cabrón.


(...to be continued)

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