jueves, 7 de agosto de 2008

Que mala sueeee-eeerte

En el pueblo donde estoy ahora mismo hay unos cielos nocturnos espectaculares. Es la recompensa que la naturaleza nos ofrece despues de haberse pasado las horas diurnas jodiendo con un sol inmisericorde que te hace hervir los huesos por dentro... pero las noches son frescas, con un airecillo agradable y sobre todo... las estrellas.


Te alejas un poco del pueblo y ahí están. Miles y miles. En Madrid no tenemos ni puta idea. La gente del Planetario deben estar deprimidos todo el día viendo lo que tienen arriba. Hasta ahora, yo sólo había podido ver la Vía Láctea cruzar el cielo una vez, hace muchos años, una noche de pesca en una oscurísima cala de Alicante, y me dejó impresionado.

Aquí, en cambio, cada noche, te alejas del pueblo y ahí está. Nuestra galaxia en panorámica, delante de nosotros.
Es triste pero, si lo piensas, todas esas imágenes que tenemos de haber visto galaxias en cine o televisión (véase el final de "El Imperio Contraataca"), son falsas de cabo a rabo. Me refiero al espectacular objeto brillante, en forma de lente, que deja embobados a los protagonistas.

Por desgracia, nuestros ojos son una mierda. La foto de arriba, en realidad, está tomada con una cámara de fotos funcionando la tira de minutos. Nuestros ojos son asquerosamente poco sensibles, y cuando miramos al puro centro de la galaxia, por más que nos esforcemos y nos vayamos al desierto más oscuro y remoto y nos tiremos una hora mirando al cielo, no veremos más que una mancha lechosa y borrosa, como una nubecilla difusa. ¿Dónde están las nebulosas de colores fabulosos? ¿Dónde los miles de millones de estrellas que iluminan el núcleo galáctico como un árbol de navidad? ¿Dónde esos peazo de fotos que envía el Hubble? Estan ahí, chaval, pero tus ojos son un asco y no lo pueden ver: las quejas a quien ya sabes.
Como mucho podrás ver zonas más claras y más oscuras, donde están las bandas de polvo interestelar que nos tapan algunas partes de la Vía Láctea. Pero bueno. El caso es que hoy, último día en el pueblo, he decidido sacar el telescopio. Montar el trípode, la montura ecuatorial, los pinganillos para moverla, el tubo gordo, buscar los oculares, la mira LED tiene pila... ¡cojonudo! ¡vamos a probar a ver si se sigue viendo tan bien! Subamos la persiana para ver qué tal pillo las casas de enfrente, ahora que aún hay luz.
Un bonito atardecer, con preciosas nubes anaranjadas iluminadas por el sol, me saluda.
Mierda. Nubes.

Una semana aquí y se me ocurre montar el cacharro el único día que se le ocurre ponerse nuboso.
Cagonchichiputi.
Otra vez será...

4 comentarios:

Fet dijo...

¿No hay alguna vecina a la que vouyeurizar como plan alternativo?
Ya sé que es como más ordinario y tal, pero ya de tenerlo montao...

Anónimo dijo...

Pues sí, "qué mala sueeeeeerte" lo de las nubes... Pero la fotazo que te has marcado es espectacular.

Rojo dijo...

La foto del cielo no es mía, jajaja, es mangada de internet.

Pero... al final pude ver algo :) no mucho, pero algo. Yay!

El sitio al que subo (un cerrillo cerca del pueblo) es también el que eligen las parejitas para ir a "ver las estrellas". Es un plan tentador el de enfocar algo más "al nivel del horizonte"... pero claro, es que viene mi señora de observadora, y no es plan :)

Inmarteee dijo...

Pues ya que te gustan las estrellitas, te comento que he estado en el museo Smithsonian y he visto un montón de cacharros (naves, sondas y este tipo de asuntos) de la carrera espacial, tanto estadounidenses como soviéticos (molan más los soviéticos), además de trajes de astronauta y unos cuantos objetos incomprensibles que a ti te habrían encantado. En fin, ya te pasaré fotos.