viernes, 21 de octubre de 2005

Por qué Pasión de Gavilanes es un 10% menos lamentable que el resto

Porque, a pesar de la improbable maldad de los malos, la bondadosa bondad de los buenos, y los increíbles atributos físicos de chicos y chicas, gran parte de las situaciones son plausibles.

¿Qué quiero decir con esto? Ejemplo. El típico argumento de que el malo viola a la chica, y la chica por vergüenza guarda el secreto y no se lo dice a nadie... típico. En PDG, la chica para empezar le rompe las pelotas al chico de un rodillazo; y a continuación va a la policía y a su familia para que se sepa.

Ejemplo. En otras series los protas viven en un mundo idílico de fiestas, glamour, champán y criados. Aquí los protas trabajan, con caballos o en un bar o con lo que sea. Se ganan el sueldo, vaya. Como todos nosotros. Como casi todos nosotros, bueno.

Las situaciones tienen que ser plausibles, creíbles, no que te den ganas de darte un bofetón en la frente cada cinco minutos por la imbecilidad que acaban de decir.

Eso quisiera yo; no sé si lograré hacer un relato estiloso y maravilloso, con una prosa inmortal y unos diálogos agudísimos y unas descripciones estremecedoras, pero al menos me gustaría que la historia fuera mínimamente creíble. Que no hubiera agujeros en la historia, ni personajes inútiles, ni incongruencias. Con eso me conformo.

Pero me da miedo precisarlo tanto y llevarlo tan encarrilado, que luego (como el año pasado) llegue a un punto donde, a mitad de camino, agote todas mis ideas antes de tiempo, y por no salirme de la senda me quede bloqueado, con el motor gripado en medio del desierto.

Ya lo veremos.

Ahora necesito un título...

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