jueves, 10 de mayo de 2007

Contar historias con imágenes

La película de mi vida últimamente podría contarse como

- sentado en un sofá veo en la tele a la rubia encantadora o a la morena con mirada intensa, mientras mi café se enfría dentro del microondas. De repente ¡caramba! ¡mira qué hora es!
- largas y soporíferas escenas con un primer plano de mi cara y mis ojos bizqueando de sueño, luchando por mantenerlos abiertos y aprender a usar un programa informático que no voy a usar jamás.
- apresuradas carreras por el metro, sudando a chorros y con el tiempo justo para llegar a trabajar. Plano de mis pies caminando con paso rápido. Música de persecución. Mucha gente.
- dos horas frente al ordenador intentando solucionar lo que ha sucedido durante las 22 anteriores. Aquí también se podría poner música de persecución, exceptuando las pausas en las que le pego un trago a la cocacola o escribo en www.edicionescatolicas.com.
- paseito hasta casa. ¡No! Hoy hay que ir a otra tienda más a comprar algo más para la boda del sábado. ¡Sólo quedan tres días y aún falta tal y cual cosa! ¡Hay que terminar de editar el video! ¡Hay que recoger un vestido en tal parte de Madrid! El ritmo se ralentiza a medida que las energías comienzan a faltar.
-Dormir en la oscuridad, escuchando música relajante. Fundido a negro.

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