viernes, 2 de febrero de 2007

Sueño: el etarra modelista

El sueño de esta noche.

K y yo eramos miembros de una especie de policía secreta. Nos encargan una peligrosa misión de incógnito: averiguar si en una determinada dirección se oculta un comando de ETA, y si están preparando explosivos.

Nos ponemos en camino y llegamos a un almacén de maderas. La puerta del almacén está llena de cajas de cartón, quizás alguna de ellas contenga los explosivos. Decidimos hacernos los clientes y entrar a ver qué podemos averiguar, así que nos ponemos a pasear entre las mesas de trabajo, las pilas de tablones de madera... intentando encontrar alguna pista.

De repente, aparece un carpintero. Joven, sonriente y simpático. "¿En qué les puedo ayudar?"

Euh... ¡no tenemos respuesta! ¡Vaya mierda de planificación! K murmura algo de que sólo estamos mirando porque buscamos unos tablones para no se qué, pero entonces yo veo algo.

"¡Hala! ¡Aquí construyen aviones de madera!"

En efecto, el presunto etarra me acompaña a enseñarme los aviones a escala que hacen en esa fábrica. Son reproducciones, grandes como una persona, de aviones de todos los tiempos hechas con madera de pino, increíblemente detallados. Una avioneta, un Concorde... será un etarra o no lo será, pero es la mar de hábil tallando madera.

Mientras el sospechoso me enseña amablemente sus obras de arte, K descubre encima de una mesa unos papeles. Entre ellos un post-it que alguien acaba de dejar con la siguiente inscripción:

"CUIDADO: ESTOS TIENEN PINTA DE SER DE LA GUARDIA CIVIL O DE LA POLICIA. SI SE PONEN A HACER DEMASIADAS PREGUNTAS, LES PEGAS UN TIRO"

En un momento en que el carpintero no mira, K me susurra desesperada que mire el post-it, que hay que largarse de allí. Yo le digo, en voz baja igualmente, que vale, que ahora nos vamos, pero que por muy etarra que sea, es un tío simpático y hace aviones muy chulos que me está enseñando, así que que tenga un poco de paciencia.

El etarra (confirmado) me sigue enseñando aviones, y el tío es tan simpático que le doy mi e-mail para quedar un día y que me enseñe a tallar madera tan cojonudamente como lo hace él. Entonces caigo en la cuenta: si mete mi mail en Google es posible que llegue a mi blog, y si llega a mi blog podrá leer mis comentarios donde llamo hijoputas a los etarras... y entonces estaré muerto.

Del susto que me entra, me despierto.

No hay comentarios: