martes, 24 de abril de 2007

Climax

El sol salió sobre el desierto, y sentí su calor sobre mi piel. La noche había sido intensa. Tras beber el "agua de vida", los delirios y la locura se apoderaron de mí. Los guerreros Fremen estuvieron acompañándome durante toda la noche, haciendo caso omiso de mis gritos de dolor y sufrimiento. No se movieron de mi lado, a pesar del riesgo evidente de que algún gusano gigante se acercara.

Entonces, con el alba, abrí los ojos. Había sobrevivido. La maestra Bene Gesserit se había equivocado conmigo.

-Sólo las mujeres pueden tomar el agua de vida -había dicho-. Muchos hombres lo han intentado.
-¿Lo intentaron y fracasaron?
-Lo intentaron y murieron.

Yo fui el único, entonces. Yo era el mesías que el pueblo de Arrakis estaba esperando. Mi destino estaba claro. Ante la mirada asombrada de mis fieles guerreros Fremen, alcé la vista a las dos lunas de Arrakis y grité a un pasado lejano y a un futuro aún impreciso. A mi planeta natal al que jamás volvería, a mi padre asesinado injustamente.

-¡Padre! -grité al sol naciente-. ¡El durmiente ha despertado!

Al fin El Corte Inglés me ha puesto las cortinas.

2 comentarios:

Inmarteee dijo...

¡¡Alguien es un friki de Duuuuneeeeeeee!!

Rojo dijo...

¡Nunca me habrían descubierto de no ser por estos mocosos entrometidos!