jueves, 18 de julio de 2002

P-day

No sé qué es más penoso: una persona que firma un contrato y luego se niega a cumplir lo firmado, o una person que firma un contrato, se niega a cumplir lo firmado y a continuación monta un pitote impresionante en presencia de testigos, insultos incluidos por parte de la maruja adicional. Finalmente con un poco de diplomacia todo vuelve a su cauce y
ya tengo casa, no sin unas pocas dificultades y burocracias estúpidas. Pero lo importante es lo importante.

Como dice Karlos Arguiñano, lo que nos faltaba en todo esto es un poquito de Perejil. Parece ser que estamos en una crisis internacional que-te-cagas por culpa de ese puto trozo de roca. Como debe ser que los Gobiernos de España y Marruecos están aburridos y no tienen nada mejor en que ocupar el tiempo, ahora hay que movilizar a la Armada por una roca en la que no cabe un chiringuito.

Aunque nadie se atreve a hablar de nada, yo lo tengo bien claro: ahora o cuando sea, como esto se descontrole y a alguien se le ocurra decir que vamos a la guerra con otro país por la gilipollez y la estupidez y la soberbia de algunos políticos o militares, me veréis con las maletas en el aeropuerto más cercano embarcando para... ¿Perú, por qué no? ¿Nueva Zelanda? ¿Escocia? ¿Finlandia? hay tantos sitios para elegir... ¿traidor? ¿cobarde, me llamaríais? Exactamente, amigos, si lo queréis poner así. En caso de que mi país estuviera gobernado por idiotas, huir de él cagando leches sería la salida más sabia.

Pero bueno, ya hemos visto que están la ONU y Bush por medio intentando mediar, así que ¡ya no hay motivo para preocuparse! ¡Hurra! Hurra. Ejem.

Update
Mi concentración está por los suelos. (Si normalmente nunca es alta, ahora está a la mitad). No soy capaz de pensar por más de 5 minutos en el mismo tema. Las cuestiones me tocan en el hombro desde 9 sitios a la vez, desde mi vida privada y pública, desde el más allá o desde el más acá, desde Internet o desde Real Life. Las vacaciones me vendrán bien, pero me temo que no son la panacea; primero porque son cortas y luego todo sigue igual, y luego porque temo que pase como con las vacaciones anteriores; que me vaya con una sensación de angustia indefinida acerca de las cosas que dejo sin acabar y de que el mundo se caerá si no estoy cerca.
Update. Qué palabra. Actualización. En mi trabajo me veo obligado a usarla tanto que inconscientemente uno crea el verbo updatear. Yo updateo, tú ve updateando esto que él lo updateará después. No soy el único. A mi alrededor la gente se dice lindezas peores. Oye, voy a submitir esto, ¿tú tienes el no-se-qué holdeado?

100 años más con esto de los ordenadores y el castellano desaparecerá...

No hay comentarios: